Curar con el didjeridu
Es muy popular en todo el mundo ofrecer “curación con didjeridu”, tocando el instrumento sobre los chakras o las partes afectadas del enfermo o herido. Algunos practicantes alegan usar un poder inherente al instrumento o algo proveniente de la cultura aborigen. Sabemos que otros músicos de didjeridu condenan esta práctica que consideran un entrometimiento en asuntos sagrados para los aborígenes.
Durante el foro yiḏaki de Garma 2004, Galarrwuy Yunupiŋu contestó a las preguntas sobre curación y didjeridu; habló del valor de la disciplina y el carácter sagrado de la vida de los Yolŋu en su totalidad. No es solamente el sonido el que sana, sino todo el proceso, de la construcción a la decoración y tanto tocar como bailar sobre la música que acompaña. El yiḏaki forma parte del gran sistema de disciplina que es la ley Yolŋu (Rom). Por ponerlo de otro modo, lo sano es una vida Yolŋu vivida adecuadamente.
En las ceremonias públicas de curación, los Yolŋu usan el yiḏaki, pero solo como acompañamiento para la canción. Estas canciones y bailes que representan poderes ancestrales estrechamente relacionados con el “paciente” crean una atmósfera propicia a la curación. Estos poderes son específicos a la gente y a los lugares, con sus diferentes conexiones – no es algo que se aprenda y se exporte al extranjero. Pertenecen a la tierra de la que provienen. Muchos Yolŋu consideran ridículo cualquier otro tipo de curación con el didjeridu, especialmente cuando esta se mezcla con elementos de otras culturas.
Galarrwuy menciona arriba que existen otros niveles de curación con el didjeridu, pero que eso es información restringida que no puede ser compartida en un foro público. Su hermano Mandawuy hizo comentarios similares sobre papel. Djalu’ Gurruwiwi, el más conocido músico y fabricante Yolŋu de yiḏaki, ve el yiḏaki tanto como una herramienta de su propia cultura y como su misión cristiana. Se sabe que ha tocado sobre los cuerpos de visitantes no Yolŋu, con propósitos curativos.
Aunque las opiniones varían ampliamente, la opinión mayoritaria en el Miwatj hoy en día, parece ser que la práctica de curación con didjeridu por parte de extranjeros resulta más bien gracioso, pero que está bien siempre y cuando no afirmen haber adquirido ningún conocimiento de los aborígenes, ni tener conexión con el uso tradicional del instrumento. Los “curanderos del didjeridu” practican algo nuevo basado en su propia experiencia con el instrumento, no se trata de saber antiguo proveniente de la Tierra de Arnhem.
Si has encontrado en esta práctica algo útil para tí, sigue disfrutando de ella, pero has de saber que no es de ni para los Yolŋu.